
Agradables momentos he pasado hablando con él, nutriéndome de sus grandes conocimientos sobre esta ciudad, sus pobladores y tantos temas más que hacen a la historia de nuestra tierra. Excelente ser humano, siempre dispuesto a ayudar a buscar esos datos.....que....sólo él podía encontrar. Lo recordaré sentado en el Centro de Estudios Históricos en la Casa de la Culura, mostrando orgulloso hojas amarillentas del pasado bellvillense.

Si bien soy una convencida de que los homenajes deben realizarse en vida, vaya este reconocimiento a quién nunca dudó en brindar todo lo que se le solicitaba, recorriendo archivos y lugares que sólo él conocía. Bondadoso y bonachón, se ganó el respeto de toda la comunidad.
Mi querido Don Lloret, ¡¡cómo lo vamos a extrañar!!
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